Boni
viene trastornado. Vine y habla con la
cabeza metida en mi heladera
-Viste
cómo es la Verdad- Dice. Saca el tupper con jamón y busca el pan- La Verdad es
una hija de puta. La enterrás bajo un montón de palabras. Le ponés una cruz
encima y la tipa sale lo más chota, se sacude, sonríe y te clava las garras
¿Dónde carajo está el..?
Le
alcanzo el pan, copas y una botella de cabernet. El maldito lee la etiqueta y
se encoje de hombros
-
Es así- sigue- no hay con qué darle
-Te
peleaste con la Polaca
-No…
Sí, pero ella no lo sabe ¿Dónde comprás el pan?
-En
la ferreter….
-O lo sabe, pero viste cómo es. También sabe cómo
soy
-¿Cómo
sos?
-Soy
un genio ¡Salú! Un jodido genio. Entonces la espero más adelante, “leo” lo que
sigue… y lo que sigue es que, si se toma la molestia de amontonar palabras para
enterrar una verdad, es porque esa verdad la jode. ¿Y por qué la jode, a ver
niños..? La jode porque sabe que es una despedida, y todavía no quiere. Y yo me
quedo con eso, aferrado de las pelotas a esa verdad última que viene a ser
nieta de la que ella trata de enterrar ¿Mentendé?
-Hay
queso
-Venga.
¿Pero sabés cual es la cagada? La cagada es que soy más genio todavía, un genio
de puta madre y entonces pienso que ella entierra la despedida, pero primero la
fabrica: Por la presente le comunico que
a partir del día de la fecha, queda usted reducido a un montón de mierda… sin
otro particular, lo saludo a Ud. con mi consideración más distinguida. Después la entierra. La tengo que matar…
-Perá
que hago café
-¿Qué
café tenés? Lo peor es que yo la veo. La veo cuando agarra el lápiz de tinta,
lo moja con esa lengua de gata y arranca: Por
la presente le comunico… La veo escribiendo, de rodillas sobre la silla,
con ese culito… Me mata hermano, para mí sin azúcar.
-¿Qué
querés hacer Bonifatti?
-Pensé
en hacer lo de siempre: asistir a los entierros, con cara de circunstancias,
ayudarla con las inhumaciones. Y si quedaba alguna punta afuera, mirar para
otro lado, como siempre. Pero, sabés qué pasa, la última palada me dejó sin respiración, y
ella salió sola del cementerio… Si querés me voy
-No
seas pelotudo
-Yo
supe enseguida. La primera vez… pero viste como es uno. Uno es un omnipotente
de mierda. Cree que todo lo va a poder, que con el tiempo…
-Mirá
yo mucho no la conozco. Pero sé que te ama, nunca lo voy a entender, pero te
ama
-Sí,
yo sé. Me ama. Por eso tengo que matarla entendeme. Si no me amara… qué sé yo. Le
hubiese dejado la puerta abierta para que entrara y saliera. Aunque no sé…
cuando entró, yo sentí que entraba el mundo, que afuera no había más nada para
ninguno de los dos. Tenés razón: soy un pelotudo. Afuera está lleno de tilingos
que hacen ingeniería metafórica y tocan la guitarra. Ella los colecciona
-¿Pero...?
-No
sé, hermano, eso no lo sé. Pero imaginate que no ¿Qué hago? ¡Ah bueno, mientras
sea nada más que franela mental está todo bien! ¿Andá a tocar un poquito la
guitarra que yo mientras tanto te espero? Dejame de joder. Un piano. Me voy a
comprar un piano. Tá bueno el café.
-¿Un
pian…?
-Nada.
Digo boludeces. No voy a hacer nada. Con toda mi alma, hermano, qué querés que
te diga, con toda mi alma. Vos sabés.
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